martes, 11 de junio de 2013
I put a spell on you
Lo más común de las personas es olvidar los sentimientos. Yo por lo general me acuerdo más del olor de un momento que de lo que estaba sintiendo. No sé ustedes, pero yo cuando nací olía a sangre y a placenta. Cuando crecí olía a orina y caca. No puedo dejar de recordar el momento de mis primeros sueños húmedos, mi primera masturbación y como ese olor a cloro significó algo. Pero casi no recuerdo sentimientos. ¿Qué sería el sentimiento? Que palabra más espantosa. Es el estado de ánimo convertido en palabras. Como si pudiéramos sacarlos de donde están guardados y mostrarlos: he aquí el "sentimiento" del odio, por ejemplo. Alguien dijo que el odio une más que el amor. ¿Amor? Me duele la cabeza cada vez que escucho esa palabra. No volveré a nombrarla en mucho tiempo porque hace mucho que no la recordaba. ¿Y por qué no poder engañarte con esto? ¿No puedo acaso decirte que "te deseo, te quiero" y ocultar que es en realidad tu olor a adolescente, a mujer recién desvirgada, a tu aroma después de salir de bañarte, lo que en realidad me llena inmensamente?
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