lunes, 1 de febrero de 2010
- En busca de título
No logro hilar los acontecimientos que me trajeron hasta aquí. El trino de un pájaro me confunde y aunque aún puedo ver una parte del cielo pienso que estaría mejor en otra parte. En realidad siempre pienso que estaría mejor en otra parte. Ahora sí recuerdo algo: El Sr. Álvarez había descubierto que su hija y yo estábamos por fugarnos. Me duele la cabeza. El trino no es un trino, es un sonido distinto, tal vez metálico, pero aún así me confunde. No puedo encontrar la relación pero recuerdo otro acontecimiento, donde Julia me pide que me vaya. Julia le grita a su padre algo. Y yo salgo corriendo. Ya no sólo me duele la cabeza, ahora también la pierna. Definitivamente estaría mejor en cualquier parte. Mientras intento incorporarme caigo en cuenta que nunca había huído de nadie. El dolor sigue invadiendo e invalidándome el cuerpo. Seguramente me habré roto varios huesos. El sonido ya no es trino ni nada, parece un motor, algo que se acerca. Incluso creo que escucho un grito de Julia, muy lejos. Encuentro otro momento, que no sé si me trajo hasta aquí. Vuelvo a sentir el estómago oprimiéndose. Tras el vértigo ya no encuentro nada. La teleraña que es mi mente se acostumbra a esta posición. Algunos espamos en el cerebro hacen que cierre los ojos. No sólo en cualquier lugar estaría mejor; también pienso que en cualquier otro lugar podría moverme. El ruido se va acercando y descubro que es un motor, aunque no sé de qué tipo. También descubro que sí es Julia la que grita. Puedo mover los dedos y alcanzo a tocar una rama. Jamás hubiera pensado que descubriría la adorable textura de los árboles, justo ahora que por fin logro descifrar el sonido del motor de una motosierra.
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