viernes, 13 de febrero de 2009
La cama sigue ahí
La cama sigue ahí, sin tender. Ha terminado de amanecer y tú y yo ya nos hemos marchado. Las sábanas no vuelve a su lugar original sino que deciden quedarse tiradas, inertes. La ventana fue abriéndose para que el sol llenara, como una pala que tira un color para que la luz del sol barra el resto. Huele a sudor la habitación. El pasillo solo. Una lámpara se apaga y lo deja en oscuridad, aún cuando afuera ya arde la mañana. Ella baja el vidrio y él le enciende un cigarro. La ciudad semivacia. Ya no arde la mañana: ahora tirita bajo nubes grises. Ya dejó de ser Febrero.
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