lunes, 2 de mayo de 2016

Los círculos viciosos

Ella no aprendió a preguntar "¿y tú?". Él creía que a ella no le importaba. Él se fue muy lejos. Ella lo olvidó. Años después, ella se casó con un hombre que nunca preguntaba ¿y tú? En terapia, ella se lamentó por haberse casado con alquien que no se preocupaba por ella. El terapeuta se aburría de ella. Terminada la consulta, el terapeuta viajó hasta su casa, a 30 kilómetros de la ciudad. En casa, su mujer le preguntaba cómo había sido su día y el respondía "bien" pero no preguntaba ¿y tú? Su mujer no se preocupaba, prefería mandar un mensaje a su amante, que sí le preguntaba ¿y tú? Su amante buscaba siempre preguntarlo, pero un día se olvidó de decirlo. El amante no recibió más mensajes, pero conoció a una arquitecta y a los pocos días se hicieron novios. Él le preguntó dónde querría vivir cuando anciana y ella respondió que en algún país como Islandia. La arquitecta iba a preguntar "¿y tú?", esperando que él dijera "yo también", pero él ya se había levantado por otra cerveza. Cuando volvió, la conversación había tomado otro camino y el mesero ya había traído la cuenta.

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