Ahí, donde los objetos flotan, donde las calles se voltean en cualquier momento, en donde un hombre con sombrero de copa detiene el reloj y lo adelanta o retrasa ad libitum, ahí me encontré descubriéndote el torso y limpiándote la piel con la lengua, acicalándote gata castaña de piel blanca, gata niña de sonrisa decorada con labial rojo.
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